5 señales de que tus niveles de vitamina D están bajos (y qué hacer)

La vitamina D es hoy considerada una hormona y es vital para muchas funciones del cuerpo, desde mantener huesos fuertes hasta regular el sistema inmune y mejorar el estado de ánimo. Sin embargo, a nivel mundial, se estima que una gran parte de la población presenta deficiencia de vitamina D sin ser consciente de ello. En Chile, esto es especialmente común, afectando a más del 80% de la población. La falta de esta vitamina puede desencadenar una serie de síntomas que afectan la calidad de vida. Aquí te mostramos las señales más comunes de niveles bajos de vitamina D y qué puedes hacer para corregirlo.
1. Fatiga constante:
El cansancio persistente es una de las señales más comunes de deficiencia de vitamina D. Aunque existen muchas causas de fatiga, la insuficiencia de esta vitamina puede contribuir significativamente al agotamiento diario. La vitamina D participa en la producción de energía a nivel celular y su ausencia puede hacer que te sientas más cansado de lo habitual, incluso si duermes bien.
Consejo práctico: Si sientes que la fatiga afecta tus actividades diarias, considera realizar un análisis de sangre para medir tus niveles de vitamina D.
2. Dolor óseo y muscular:
El dolor en las articulaciones o músculos, junto con una mayor debilidad, puede ser una señal de alerta. La vitamina D es crucial para la absorción de calcio y fósforo, elementos esenciales para la salud ósea. Cuando los niveles de vitamina D son bajos, los huesos no reciben el calcio necesario, lo que puede provocar dolores y, en casos graves, osteoporosis. Además, la deficiencia de vitamina D afecta la fuerza muscular, aumentando el riesgo de caídas y lesiones, especialmente en adultos mayores.
Consejo práctico: Incluye alimentos ricos en vitamina D y calcio en tu dieta diaria, como lácteos que te caigan bien, almendras y vegetales de hojas verdes.
3. Bajo ánimo o cambios de humor:
Diversos estudios han demostrado una relación entre los bajos niveles de vitamina D y el desarrollo de depresión o cambios en el estado de ánimo. La vitamina D influye en la producción de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad. Durante el invierno, cuando la exposición solar disminuye, algunas personas experimentan un decaimiento emocional, conocido como trastorno afectivo estacional (TAE).
Consejo práctico: Además de buscar exposición al sol, considera consumir alimentos ricos en vitamina D, como pescados grasos (salmón y atún) y huevos.
4. Caída de pelo:
La pérdida de cabello puede estar relacionada con varios factores, como el estrés o la genética, pero la deficiencia de vitamina D también puede jugar un papel importante. La vitamina D ayuda a estimular los folículos pilosos, y su ausencia puede ralentizar el crecimiento del cabello o provocar su caída.
Consejo práctico: Si notas una pérdida excesiva de pelo, consulta a un especialista y analiza tus niveles de vitamina D. Combina tu tratamiento con una dieta equilibrada rica en nutrientes.
5. Enfermedades frecuentes:
La vitamina D refuerza el sistema inmunológico y ayuda a combatir infecciones. Si te resfrías con frecuencia o presentas infecciones recurrentes, puede ser una señal de que tus niveles de vitamina D están bajos. Investigaciones han demostrado que la vitamina D juega un papel fundamental en la activación de las células inmunitarias.
Consejo práctico: Mantén una dieta equilibrada y pasa tiempo al aire libre, incluso en invierno, para estimular la producción de vitamina D.
Qué hacer:
· Exposición al sol: Sal al aire libre durante 15-20 minutos al día, preferiblemente en las primeras horas de la mañana o la tarde, evitando las horas de mayor radiación. La luz solar es la fuente principal de vitamina D.
· Suplementos: Si no logras obtener suficiente vitamina D de forma natural, considera la opción de suplementos. Consulta con tu médico para determinar la dosis adecuada, ya que el exceso de vitamina D también puede ser perjudicial.
· Dieta: Incorpora a tu dieta pescados grasos como el salmón, atún, jurel y alimentos fortificados (leche, cereales y jugo de naranja).
La deficiencia de vitamina D puede afectar seriamente tu bienestar general, pero es relativamente fácil de corregir. Reconocer las señales a tiempo y tomar medidas preventivas puede marcar una gran diferencia en tu salud. Al medir tus valores en sangre, prestar atención a tu alimentación, aumentar la exposición al sol y recurrir a suplementos si es necesario, puedes evitar complicaciones y mantener tus niveles de vitamina D en un rango óptimo.