¡No lo hagas! Te explicamos por qué no hay que lavar el pollo antes de cocinarlo
¿Por qué no lavar el pollo antes de cocinarlo?
Desde intoxicaciones alimentarias hasta contaminación cruzada, te contamos por qué no debes lavar el pollo antes de cocinarlo:
- Propagación de bacterias: al lavar el pollo, las bacterias como la Campylobacter y la Salmonella, comúnmente presentes en el pollo crudo, pueden salpicar y esparcirse hasta 50 centímetros alrededor del área de lavado. Esto contamina superficies de la cocina, otros alimentos y utensilios, aumentando el riesgo de infecciones alimentarias.
- Falsa sensación de seguridad: lavar el pollo puede dar una falsa sensación de haber eliminado bacterias y microorganismos, cuando en realidad, la única manera efectiva de destruir estas bacterias es cocinando el pollo a una temperatura adecuada.
- Infecciones alimentarias: las salpicaduras y el esparcimiento de bacterias pueden llevar a infecciones alimentarias serias si otros alimentos que no requieren cocción (como ensaladas o frutas) se contaminan.
- Contaminación cruzada: utensilios, tablas de cortar, y encimeras pueden convertirse en vehículos para que las bacterias pasen de un alimento a otro, complicando más la situación.
Muchos de nosotros tenemos la costumbre de lavar el pollo crudo antes de cocinarlo, pensando que es un paso necesario para limpiar la carne y eliminar bacterias. Sin embargo, la evidencia científica sugiere que esta práctica es más perjudicial que beneficiosa.
Consejos para manejar correctamente el pollo crudo
- No lavar el pollo: Evita lavar el pollo crudo. En su lugar, sácalo del empaque y prepáralo directamente para cocinar.
- Cocina a la temperatura adecuada: asegúrate de cocinar el pollo hasta alcanzar una temperatura interna de 74 °C. Utiliza un termómetro de alimentos para verificar esta temperatura en la parte más gruesa del pollo.
- Manejo higiénico: limpia todas las superficies y utensilios que hayan estado en contacto con el pollo crudo con agua caliente y jabón. Considera usar tablas de cortar específicas para carnes y otras para alimentos que se consumen crudos.
- Lava tus manos: lava tus manos con agua caliente y jabón por al menos 20 segundos antes y después de manejar pollo crudo.
- Mantén el pollo separado: almacena el pollo crudo separado de otros alimentos en el refrigerador, preferiblemente en la parte baja para evitar goteos sobre otros alimentos.
Seguir estos consejos no solo ayuda a reducir el riesgo de infecciones alimentarias, sino que también asegura una preparación de alimentos más segura y saludable en tu cocina. La seguridad alimentaria comienza con prácticas sencillas que todos podemos adoptar.