Dolor de huesos: ¿Existe el dolor de rodilla por frío?
A pesar de lo que solemos escuchar, el frío no es causante de enfermedades reumáticas, como el dolor de huesos y articulaciones. Aunque muchas personas creen que el clima frío puede provocar estas condiciones, la realidad es que el frío afecta la percepción del dolor en aquellos que ya padecen de problemas articulares, pero no incide en la prevalencia ni en las causas que desencadenan estas enfermedades.
¿Por qué me duelen los huesos por el frío?
Aunque no existe una causa única y específica que explique por qué algunas personas experimentan un incremento del dolor en los huesos durante los meses más fríos, la evidencia sugiere una correlación significativa entre el dolor articular y condiciones preexistentes de inflamación, desgaste o artrosis en las articulaciones.
A continuación, te contamos algunos motivos que están detrás del dolor de huesos en climas fríos:
1. Cambios en la presión atmosférica
Una teoría sugiere que los cambios en la presión barométrica son un factor clave. La presión barométrica o presión atmosférica, disminuye con el frío. Esta baja presión puede hacer que los tejidos corporales se expandan, lo que a su vez puede provocar rigidez y dolor en las articulaciones al ejercer más presión sobre ellas.
2. Reducción del flujo sanguíneo
El frío puede causar la contracción de los vasos sanguíneos, un proceso conocido como vasoconstricción. Esto reduce el flujo sanguíneo a las extremidades y puede aumentar la rigidez de las articulaciones, contribuyendo al dolor. La circulación sanguínea adecuada es esencial para transportar nutrientes a las articulaciones y eliminar los productos de desecho, por lo que su reducción puede tener un impacto negativo en la salud articular.
3. Aumento de la viscosidad del líquido sinovial
El líquido sinovial es una sustancia viscosa que actúa como lubricante en las articulaciones. Las bajas temperaturas pueden aumentar la viscosidad de este líquido, haciendo que las articulaciones se sientan más rígidas y posiblemente más dolorosas al moverse.
4. Menor actividad física
Durante los meses más fríos, las personas tienden a estar menos activas. La falta de actividad física puede contribuir al debilitamiento de los músculos que soportan las articulaciones, lo que aumenta la susceptibilidad al dolor y a la rigidez.
5. Respuestas del Cuerpo al Frío
El cuerpo responde al frío de manera que puede aumentar la sensación de dolor en las articulaciones. Por ejemplo, para conservar el calor, el cuerpo puede alterar la forma en que distribuye la sangre, lo que puede aumentar la sensibilidad y la percepción del dolor en las articulaciones.
¿Cómo se quita el dolor de huesos por frío?
Aunque el dolor pueda aumentar con las bajas temperaturas, existen algunas formas de quitar el dolor de huesos por frío:
- Continuar con los tratamientos prescritos por el médico para aquellos diagnosticados con enfermedades reumáticas.
- Abrigarse adecuadamente para combatir el frío.
- Evitar cambios bruscos de temperatura.
- Adaptar el hogar para hacerlo más cálido, si es posible.
- Aplicar calor localmente en las zonas afectadas para aliviar el dolor, especialmente si este es constante.
- Mantenerse activo físicamente para prevenir o ralentizar los síntomas de enfermedades reumáticas y dolores articulares.