Navidad: que la comida no sea un tema para la mesa
En la época festiva de fin de año, la alegría y la celebración suelen llenar el aire, pero para muchas personas, especialmente aquellas que luchan contra trastornos de la alimentación (TCA), esta temporada puede traer consigo desafíos únicos y complejidades emocionales.
Mientras se realizan paseos de trabajo, cenas o salidas para celebrar, aquellos afectados por TCA pueden enfrentarse a sentimientos de ansiedad, presiones sociales y tensiones relacionadas con la comida.
La intersección entre las festividades y los trastornos de la alimentación destaca la importancia de la comprensión y el apoyo durante este periodo. Por eso, en este post queremos abordar este tema desde un enfoque respetuoso y empático.
¿Cómo pueden enfrentarse las personas con trastorno de la conducta alimentaria a estas festividades?
Las personas con trastorno de la conducta alimentaria (TCA) pueden enfrentarse de varias maneras a estas fiestas y lo importante es que estén en un lugar seguro con su red de apoyo (si es que la hay) y no se sientan presionadas, ya que los TCA por sí solos generan una presión constante.
En segundo lugar, que las redes de apoyo, dentro de lo posible, fomenten un espacio seguro de relajo y celebración en estas fiestas para que la persona con TCA sienta que comer es un agrado y no un sacrificio. Esto se logra no observando demasiado lo que come o deja de comer la persona.
Por último, si la persona está en tratamiento, consultar herramientas personalizadas con su psicóloga/o y nutricionista.
Ma. Jesús Zepeda
¿Qué se recomienda a las personas para no obsesionarse con los menús de navidad o año nuevo para no restringirse?
Recomiendo 2 cosas. En primer lugar: la comida es un acompañamiento para estos días, mas no es todo el día y, en segundo lugar, recordar el motivo central de la celebración, que sería pasar un buen rato, desconectarse de las redes sociales, disfrutar con las personas que más queremos y que nos hacen sentir bien.
Está bien entusiasmarse con el menú si es que nos gusta cocinar, por ejemplo, disfrutar del placer de preparar y compartir un plato favorito, incorporar a niños, pero que todo esto no implique una causa de estrés adicional, sino que se asocie a momentos de diversión, unión y compartir entre los seres queridos.
Para esto podemos poner en práctica la meditación o el mindfulness, si tenemos tiempo para mirar memes, tenemos ese mismo tiempo para realizar pequeñas pausas para desconectarnos, así estaremos menos estresados.
¿Cómo se puede comer sin culpa?
No es extraño sentir culpa con todo el bombardeo de información que existe, sobre todo en esta época de celebraciones, ya sean mitos nutricionales, tipos de dietas milagrosas, etc. que nos hace creer que los alimentos son capaces de generar un daño extremo y claramente no es así.
Para combatir esto existen varias maneras, a nivel general, siempre recordando que la alimentación es influenciada por muchos factores (culturales, biológicos, sociales, emocionales, entre otros) y por ende, está bien permitirnos comer y disfrutar incondicionalmente.
Dentro de las herramientas o técnicas que podemos empezar a utilizar para cambiar esta sensación de culpa son: meditación o mindfulness o también llamado “atención plena”; sentir cada característica de la comida que voy a comer (olor, textura, sabor, sonido), no obligarnos a comer cuando no queremos o cuando no tenemos ganas, reconocer nuestra sensación de saciedad y desde ahí permitirnos comer y disfrutar sin culpas.
Equipo de Salud Examedi
¿Qué se puede hacer en los días posteriores a las fiestas?
Nunca debemos pensar que hay que “compensar” por todo lo que comimos en estas fiestas, ya que la alimentación debe ser flexible, pues como seres humanos nuestra vida tiene cambios y es dinámica.
Es normal que en estas celebraciones haya cambios de horarios de los que generalmente estamos acostumbrados y cantidades distintas, pero todo esto está bien y es importante permitirnos estos cambios que rompen nuestra rutina.
Recordemos que una comida o una semana de comida al año no tiene el poder ni impacto suficiente para realizar grandes cambios en nuestra composición corporal y no sucederá nada grave en nuestra salud.
En cuanto a lo que podemos hacer después de las fiestas es retomar nuestros hábitos y actividades diarias dentro de lo posible. Y si tienes dudas o ganas de mejorar tus hábitos alimenticios, puedes consultar con nuestro equipo de nutricionistas.
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