Salmonella: Formas de contagio y 8 medidas para su prevención
El verano ya está aquí y con él llega el calor implacable, pero hay una amenaza que no podemos ignorar: la Salmonella. Esta bacteria peligrosa se activa y se propaga más rápidamente en ambientes cálidos, lo que aumenta el riesgo de intoxicación alimentaria. ¡No dejes que arruine tus planes de verano! Protégete y mantén a tu familia a salvo.
¿Qué es la salmonela?
La Salmonella es un género de bacterias que incluye varios tipos diferentes de especies. Estas bacterias son conocidas por causar una enfermedad llamada salmonelosis en los seres humanos y en una variedad de animales. La salmonelosis es una infección gastrointestinal que puede provocar una serie de síntomas, incluyendo fiebre, diarrea, vómitos, dolores abdominales y calambres estomacales.
Síntomas de salmonelosis
¿Qué te ocasiona la salmonela? La salmonelosis, causada por la Salmonella, puede provocar una variedad de síntomas gastrointestinales, que incluyen:
- Fiebre. La fiebre es uno de los síntomas más comunes de la salmonelosis. Puede variar en intensidad, pero generalmente se manifiesta como un aumento anormal de la temperatura corporal. La fiebre es una respuesta del sistema inmunológico al intentar combatir la infección.
- Diarrea. La diarrea es otro síntoma característico de la salmonelosis. Se manifiesta como evacuaciones intestinales frecuentes y acuosas. La diarrea es el resultado del daño a las células del revestimiento del intestino causado por la bacteria Salmonella.
- Vómitos. Los vómitos son un síntoma que algunas personas pueden experimentar con la salmonelosis. Los vómitos pueden estar relacionados con la irritación del tracto gastrointestinal y la respuesta del cuerpo a la infección. No todos los afectados por la salmonelosis tienen vómitos, pero puede ocurrir en casos más graves.
- Dolores abdominales. Los dolores abdominales son comunes en la salmonelosis y suelen estar ubicados en la región del abdomen, especialmente en la parte inferior. Estos dolores son causados por la inflamación e irritación del tracto gastrointestinal debido a la infección.
- Calambres estomacales. Los calambres estomacales son sensaciones de dolor o malestar en el área abdominal. Estos calambres pueden ser intermitentes y pueden acompañar a otros síntomas gastrointestinales como la diarrea. Son una respuesta común a la inflamación del tracto gastrointestinal.
¿Cómo se puede contagiar la salmonelosis?
La salmonelosis se suele transmitir:
- Al consumir alimentos o agua contaminados con la bacteria Salmonella.
- De persona a persona a través del contacto directo con las heces de una persona infectada.
- El manejo inadecuado de alimentos crudos, especialmente carnes y huevos, es una fuente común de infección.
¿Cuánto tiempo dura la salmonela en el cuerpo?
La duración de la presencia de Salmonella en el cuerpo puede variar de persona a persona y depende de varios factores, como la salud del individuo y el tratamiento recibido. En general, los síntomas de la salmonelosis pueden durar de unos pocos días a varias semanas. Sin embargo, la bacteria misma puede continuar presente en las heces de una persona durante semanas, incluso después de que los síntomas hayan desaparecido.
¿Cómo se detecta la Salmonela?
La Salmonella se puede detectar a través de pruebas de laboratorio. Si un médico sospecha que tienes salmonelosis debido a tus síntomas y antecedentes, puede solicitar una muestra de heces para realizar análisis. Estas pruebas pueden confirmar la presencia de la bacteria. Además, en algunos casos, se pueden llevar a cabo análisis de sangre para buscar evidencia de infección por Salmonella.
¿Cómo eliminar la bacteria de la Salmonela? 8 maneras de lograrlo
Eliminar la bacteria Salmonella de los alimentos y superficies es fundamental para prevenir la propagación de la infección por salmonelosis.
Aquí te indicamos algunas medidas efectivas para eliminar la bacteria Salmonella:
- Cocinar adecuadamente. Asegúrate de cocinar los alimentos, especialmente carnes, aves y huevos, a temperaturas seguras y recomendadas. Utiliza un termómetro de alimentos para verificar que alcancen la temperatura interna adecuada. Por ejemplo, el pollo y el pavo deben cocinarse a una temperatura interna de al menos 74 °C.
- Lavado minucioso. Lava a fondo frutas y verduras antes de consumirlas. Esto ayudará a eliminar cualquier bacteria presente en la superficie de estos alimentos. Usa agua corriente y frota suavemente con un cepillo si es necesario.
- Limpieza y desinfección. Limpia y desinfecta las superficies de tu cocina, como encimeras, tablas de cortar, cuchillos y utensilios, después de manipular alimentos crudos. Utiliza desinfectantes adecuados o una solución de agua caliente y detergente para eliminar cualquier rastro de Salmonella.
- Lavado de manos. Lávate las manos minuciosamente con agua tibia y jabón durante al menos 20 segundos antes de manipular alimentos y después de tocar alimentos crudos o animales. El lavado adecuado de manos es una medida crucial para evitar la propagación de Salmonella.
- Evita la contaminación cruzada. Utiliza tablas de cortar y utensilios separados para alimentos crudos y listos para comer. No pongas alimentos cocidos en platos que hayan contenido alimentos crudos sin lavar primero.
- Almacenamiento seguro. Almacena los alimentos perecederos en el refrigerador a temperaturas seguras. Esto ralentiza el crecimiento de bacterias, incluida la Salmonella. Además, no dejes alimentos cocidos a temperatura ambiente durante largos períodos, especialmente en días cálidos.
- Consumo rápido. Consume los alimentos preparados rápidamente o refrigéralos dentro de las dos horas posteriores a la preparación. No dejes alimentos cocidos fuera por mucho tiempo, ya que esto puede permitir el crecimiento de bacterias.
- Evitar el consumo de alimentos crudos o poco cocidos. Evita consumir huevos crudos o poco cocidos, carnes crudas o a medio cocer, y leche sin pasteurizar, ya que estos alimentos pueden ser fuentes comunes de Salmonella.
Estas medidas ayudarán a reducir el riesgo de infección por Salmonella al eliminar la bacteria de los alimentos y las superficies. Es esencial seguir prácticas de seguridad alimentaria y de higiene adecuadas para mantener una cocina segura y prevenir la contaminación.