¿Dormir con el pelo mojado?: 5 motivos para no hacerlo
Esta costumbre puede tener varias implicaciones para la salud del cabello y el cuero cabelludo, así como para la calidad del sueño. En este post exploraremos qué sucede cuando duermes con el pelo mojado y por qué no deberías hacerlo.
¿Es malo dormir con el pelo mojado?
Aunque la creencia de que dormir con el pelo mojado puede causar un resfriado es un mito común, dormir con el pelo mojado no es recomendable por varias razones, tanto por la salud del cabello y el cuero cabelludo como por el bienestar general.
Aquí te compartimos algunas de las consecuencias de dormir con el pelo mojado:
- Infecciones del cuero cabelludo. La humedad prolongada crea un ambiente propicio para el crecimiento de hongos y bacterias en el cuero cabelludo. Esto puede llevar a infecciones como la dermatitis seborreica, que se caracteriza por enrojecimiento, escamas, y a veces picazón intensa.
- Problemas dermatológicos. Además de las infecciones específicas del cuero cabelludo, la humedad constante puede irritar la piel en general, potencialmente exacerbando condiciones como el eczema o la psoriasis en áreas cercanas al cuero cabelludo y el cuello.
- Dolor de cabeza. Dormir con el cabello mojado puede, en algunos casos, provocar dolores de cabeza. La teoría detrás de esto sugiere que el cambio de temperatura al dormir con el cabello mojado puede causar tensión muscular, llevando a dolores de cabeza tensionales.
- Calidad del sueño disminuida. La incomodidad de dormir con el pelo mojado puede perturbar el ciclo del sueño, llevando a un sueño de menor calidad. Esto puede afectar el bienestar general, ya que un sueño insuficiente o de mala calidad está vinculado a una amplia gama de problemas de salud, desde problemas de concentración y memoria hasta un mayor riesgo de enfermedades crónicas.
- Hipotermia leve. Aunque menos común, existe la posibilidad de experimentar una disminución en la temperatura corporal al dormir con el cabello mojado, especialmente en entornos más fríos. Esto puede llevar a una sensación de frío durante la noche y potencialmente afectar la regulación de la temperatura corporal.
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