Fumar es el factor que más perjudica el sistema inmune, aun después de dejarlo
Una investigación, publicada por la revista Nature, revela cómo el tabaquismo no solo afecta negativamente a los pulmones y al corazón, sino que también compromete el sistema inmunológico, la defensa natural del cuerpo contra las enfermedades.
Este post explora las diversas maneras en que fumar deteriora la inmunidad y por qué dejar de fumar puede ser uno de los pasos más importantes que puedes tomar para mejorar tu salud general.
¿Cómo afecta el fumar al sistema inmunológico?
De acuerdo a Tobacco Free Kids, fumar perjudica el sistema inmunológico, disminuyendo la eficacia con la que el cuerpo puede combatir infecciones. Las sustancias químicas presentes en el humo del tabaco suprimen la actividad de diversas células inmunitarias esenciales para las respuestas inmunológicas tanto generales como específicas.
Además, estos componentes del humo provocan una sobre-activación de las células inmunitarias, llamadas a combatir las toxinas respiradas, lo que a largo plazo genera un efecto inflamatorio que puede deteriorar distintos tejidos corporales y resultar en enfermedades crónicas, incluidas autoinmunitarias, cardiovasculares, cáncer, diabetes y EPOC.
El hábito de fumar incrementa notablemente la vulnerabilidad a infecciones respiratorias, con evidencias contundentes que indican que los fumadores enfrentan un riesgo significativamente mayor de infecciones virales y bacterianas respiratorias.
Esto incluye un riesgo de dos a cuatro veces mayor de enfermedades neumocócicas como la neumonía y meningitis en comparación con no fumadores, el doble de probabilidad de contraer gripe y un riesgo duplicado de tuberculosis.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que fumar incrementa el riesgo de transmisión de virus debido al movimiento repetitivo de llevar la mano a la cara, lo cual facilita el paso del virus de los dedos y el cigarrillo a la boca.
Otras consecuencias del tabaquismo para la salud y bienestar
Fumar tiene un amplio espectro de consecuencias negativas para la salud, entre ellas:
- Enfermedades cardiovasculares. Fumar incrementa significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, como hipertensión, infarto de miocardio, y accidente cerebrovascular. La nicotina y el monóxido de carbono en el humo del tabaco contribuyen a la constricción de los vasos sanguíneos y al deterioro de sus paredes.
- Cáncer. El tabaquismo está directamente relacionado con el aumento del riesgo de varios tipos de cáncer, incluidos los de pulmón, boca, laringe, esófago, estómago, páncreas, hígado, riñón, vejiga, cuello uterino, y leucemia mieloide aguda.
- Enfermedades respiratorias. Fumar es la causa principal de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que incluye condiciones como la bronquitis crónica y el enfisema. También aumenta la susceptibilidad a infecciones respiratorias como la neumonía y la tuberculosis.
- Problemas en el sistema reproductivo: En las mujeres, fumar puede llevar a problemas de fertilidad, mayor riesgo de embarazo ectópico, y complicaciones durante el embarazo y el parto. En los hombres, puede reducir la calidad del esperma y causar impotencia.
- Salud oral. El tabaquismo contribuye a enfermedades de las encías, pérdida de dientes, y cáncer de boca. También es una causa principal de mal aliento y decoloración dental.
- Problemas de piel. Fumar acelera el envejecimiento de la piel, contribuyendo a la formación de arrugas y una disminución en la elasticidad de la piel. También puede incrementar el riesgo de psoriasis.
- Salud ósea. Fumar afecta la densidad ósea, aumentando el riesgo de osteoporosis y fracturas.
- Disminución de la capacidad pulmonar. Fumar reduce la capacidad pulmonar y la eficiencia en el intercambio de gases, lo que puede disminuir el rendimiento físico general.
- Alteraciones en el sentido del gusto y del olfato. El tabaquismo puede disminuir la sensibilidad de los sentidos del gusto y olfato, afectando la capacidad de disfrutar de la comida.